Desobediencia Civil II

Carta abierta al Gobierno de México, redactada el 03 de mayo del 2024, con miras a entregarse personalmente en Palacio Nacional en la primera oportunidad disponible; en éste mismo artículo pondremos actualizaciones al respecto.

Actualización: La carta fue enviada a la secretaria particular del Lic. Presidente el 13 de mayo de 2024. 

Actualización II: La carta se acusó de recibida el pasado 5 de junio de 2024.

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Lic. Andrés Manuel López Obrador,
Presidente Constitucional de los
Estados Unidos Mexicanos
P  R  E  S  E  N  T  E

Señor Presidente,

Como creyentes, sabemos que es nuestro Dios, Vivo y Verdadero quien ha hecho los Cielos y la Tierra (Gn. 1:1-31), que Él es Soberano sobre todas las cosas (Sal. 135:6) y que no hay poder, humano o sobrehumano, que pueda detener Su Mano (Dn. 4:35). Así pues, creemos que Dios les ha dado la investidura, el poder y la administración del país donde habitamos tanto a usted como a los legisladores, a los jueces y a los magistrados, a los servidores públicos y burócratas (Dn. 2:20-21), de modo que, sea que hayamos votado por usted o no, la democracia en la que vivimos contiene el sello de la providencia y la aprobación divina (Ro. 13:2-4).

Bajo este principio, y sabiendo que debemos honrarles como autoridades (Ro. 13:7), oramos fervientemente por sus almas, por su salvación, por sus familias, por sus responsabilidades, por su seguridad, por su salud y por su educación, siempre confiando en que nuestro Dios provee de sus misericordias, en Amor, a todos los hombres (Mt. 6:31-32). Asimismo, ponemos delante de Dios su gestión, la cual cumple su sexto y último año y del que, independientemente a cualquier postura política, pedimos que sea ordenada, para que los mexicanos podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad (1 Ti. 2:1-2). No cesamos de orar para que sea lleno del conocimiento del Dios Santo (Col. 1:9), para que ejerza el resto de su mandato con toda sabiduría, cumpliendo así la protesta que rindió frente a toda la nación en el Congreso de la Unión el pasado 1 de diciembre de 2018. Finalmente, rogamos por la sociedad mexicana, quebrada en dos por causa de las fuerzas políticas que se oponen en nuestra presente realidad y que, aunque tengan distintos proyectos, casi que contrarios, podamos estar unidos bajo la misma bandera nacional y, sobre todo, bajo el mismo Espíritu, el de Cristo (Ef. 4:4-6). 

Extendemos esta carta abierta a usted, entonces, con el respetuoso deseo de apelar a que ejerza su derecho constitucional expresado en el Art. 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Econ referencia al dictamen aprobado LXV/3SPO-139-3405/142314 turnado a usted el pasado 26 de abril del presente año.

Lamentablemente, el dictamen aprobado que hoy está en turno para que usted lo promulgue nos preocupa mucho como iglesia. Éste contempla, por causas de ambigüedad -pues no creemos que exista tal cosa como la ‘violencia moral’ y, de existir, podemos asegurarle con hechos que de ninguna forma la practicamos-, que la iglesia sea falsamente acusada de homofobia, transfobia y demás adjetivos que, en el marco jurídico, pueden traducirse en multas económicas y años en prisión, arrebatándonos nuestra libertad de credo y de expresión, ambos derechos consagrados en el articulado de nuestra constitución. Señor presidente, ¿cómo es posible que un hombre pueda ser acusado de querer ayudar a su prójimo en amor? ¿no es esto lo que nuestro Señor Jesucristo nos enseñó (cp. Jn. 15:12)? Si vemos a uno de los nuestros que, siendo ciego, está en problemas, ¿no es lícito ayudarlo a ver?

Como usted bien lo sabe, no se habla de cuestiones meramente morales aquí, sino de un asunto que trasciende las decisiones gubernamentales. No es un asunto únicamente moral, sino que el espíritu del hombre está envuelto y, con el respeto más grande que nos merece, debemos reconocer que eso no le compete al gobierno, sino a Dios, y a Sus Mensajeros (Lc. 12:4-5). Reconocemos que el gobierno debe velar por el cumplimiento del estado laico, lo cual parece ser una limitante para ejercer su derecho constitucional, lo cual igualmente respetamos y agradecemos -pues por medio del mismo hoy tenemos libertad de culto-, sin embargo, el mismo principio aguarda cuando el gobierno civil no toma en cuenta que los límites de su jurisdicción se cumplen con la muerte del ciudadano o residente, dando paso a lo espiritual, donde ningún gobierno humano puede ejercer leyes, sino que sólo la ley y el tribunal de Cristo son efectivos (He. 9:27).

Con base en todo lo anterior, reiteramos nuestra solicitud. Por favor, ejerza su derecho al veto y solicite que el Congreso explícitamente defienda nuestro derecho constitucional a predicar las Escrituras. Su gobierno se ha caracterizado por sostener la frase «primero los pobres»; nuestra petición obedece a lo mismo, pues predicamos las nuevas de Vida Eterna a los pobres en Espíritu (Mt. 5:3). Sencillamente pedimos que esto siga siendo garantizado en nuestra sociedad.

Señor presidente, igualmente debemos hacer de su conocimiento que, en caso de que ésta ley sea promulgada y, obedeciendo a nuestras conciencias, los principios hallados en la Palabra de Dios y reconociendo a Cristo como Aquél que gobierna, aún sobre los gobiernos humanos, nos pronunciaremos en abierta desobediencia civil en cuanto a su contenido se refiere. No podemos ni debemos dejar de amar al prójimo (1 Jn. 4:11), no podemos ni debemos dejar de rescatar las almas de nuestros hermanos del fuego (Jud. 1:23) y, por lo tanto, no podemos, no debemos y no vamos a dejar de predicar la Palabra, solo la Palabra y toda la Palabra (2 Ti. 4:1-4). Como lo hemos dejado muy en claro en Teología Para Todos, ellos dicen que así nacieron, pero ‘es necesario que nazcan de nuevo’ (Jn. 3:3). 

Ante todo, seguiremos en oración por usted, por los actuales candidatas y candidatos a los cargos públicos en el presente ejercicio electoral, y por todo el pueblo de México. Como lo hemos hecho, lo hacemos hoy, y lo seguiremos haciendo, todo lo que hagamos, rogamos sea, incluyendo su decisión al respecto, para la Gloria de Dios (Col. 3:23; 1 Co. 10:31).

En Cristo,

C. Alfonso I. Martínez.

C. Patricio Huitrón G.

Alfonso I. Martínez

Estudiado en TMAI, maestro dominical y escritor académico y de ocio, Poncho decidió fundar el ministerio de "Teología Para Todos" como una apertura e introducción de la teología académica para la comunidad laica de habla hispana, sosteniendo que ésta es esencial para el cristiano que desea conocer a Dios. Se dice discípulo de John Owen.

https://twitter.com/alfonso_ima
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