Israel y la Segunda Venida de Cristo: Una perspectiva pastoral.
Este la segunda parte de un artículo compuesto, teológico y pastoral sobre los eventos ocurridos en el Estado Moderno de Israel el pasado 13 de abril de 2024. Para leer la primera parte, haga clic aquí.
La iglesia de Cristo debe estar centrada en Cristo. La iglesia de Cristo no debe estar ociosa. El ocio no solo es la falta de actividad, también es cualquier actividad inútil que para nada aprovecha. Si la Iglesia se fascina por una escatología en donde brillan las guerras, los desastres naturales, las pestes, las hambrunas o las naves espaciales, entonces tiene síntomas de ociosidad y de desvío de la centralidad del Evangelio (Gal. 3:1). Por otro lado, cuando en la escatología brilla el Reino, la Justicia y el Pacto de Dios, la Iglesia se conserva sana. ¿Por qué? Porque Cristo está en el centro de la historia y la historia abarca el pasado, el presente y el futuro, ¡y en todas estas dimensiones la gloria es para Cristo! (Ap. 4:8).
Piensa en esto, en Él comenzó la historia y en Él será consumada. Así, el libro de Apocalipsis no es la revelación de Israel, o la revelación de los conflictos de Medio Oriente… ¡El libro de Apocalipsis es la revelación de Jesucristo! (Ap. 1:1). ¿Que se revela de Cristo? Su Gloria (Ap. 1:13-18), Su Victoria (Ap. 11:15), Su Reino (Ap. 11:17-18). Concentrarnos en menos es mediocridad hermenéutica.
El efecto de 'los eventos futuros' en nosotros.
Es cierto que, en las profecías de los últimos tiempos, Jesús nos muestra eventos impresionantes que llaman nuestra atención y son un inevitable reto interpretativo. No obstante, ningún evento en la historia, ya sea pasado, presente o profético, puede eclipsar a Jesús. Por el contrario, todo evento, pasado, presente y profético sucede con el mismo fin: ¡Darle a Él toda la Gloria! (Is. 46:9-10). La Biblia comienza con la Obra creadora de Dios por medio de Cristo y culmina con la Victoria final de Cristo. De tapa a tapa, la Biblia revela la Gloria de Jesús y, entonces, permitir que cualquier evento nos cautive más que esa Gloria es sacrilegio.
Claro que Satanás es astuto (Gn. 3:1) y juega bien sus cartas. Sabe fascinar el corazón del hombre para distraerlo de su única prioridad, adorar a Dios. Cuando éramos mundanos, nos atraían las historias de fantasmas y las películas de terror porque producían en nosotros cierto sentimiento numinoso que nos envolvía en un misterio electrizante. Salimos del mundo y, ¡ahora nos gustan las historias de escatología sionista! Al diablo le da igual despertar en nosotros el pavor por cuentos de brujas o por doctrinas sensacionalistas, su propósito se cumple en ambas, ensombrecer a Jesús.
La teología de 'los eventos futuros' en nosotros.
La escatología es una palabra griega que viene de ἔσχᾰτος (eschatos) que se traduce “último” y λόγος (logos) que se traduce como “palabra”. La escatología es, pues, la 'palabra acerca de lo último'. Dicho de otra forma, el estudio de las ultimas cosas, de lo final. Esta es una rama legítima e imprescindible de la Teología Bíblica y Sistemática que le concierne doctrinas fundamentales del cristianismo, como la doctrina del cielo y el infierno, la Segunda Venida de Jesús y el Juicio Final.
Sin embargo, ese no es el límite de su campo. La escatología se divide en dos categorías más: escatología personal y cósmica. La e. personal estudia todo lo concerniente al destino final del hombre, la muerte y lo que hay después de la muerte, mientras que la e. cósmica estudia los eventos del fin de la creación en su absoluto, lo que conocemos como 'el final de los tiempos'. Por lo tanto, éste es un estudio que debe ser tomado con seriedad.
Me da mucha tristeza que muchas personas hayan abusado del estudio de las últimas cosas para promover doctrinas de demonios. Y esto lo digo por una razón válida, toda doctrina que levante un Estado al nivel del Reino Divino es una doctrina de demonios. ¿A qué me refiero? Hoy se le enseña a la gente a orar por el Estado Moderno de Israel cuando el libro de Apocalipsis nos dice cual debe ser, ante toda otra suplica, nuestra oración de todos los días: ¡Ven, Señor Jesús! (Ap. 22:20).
Lo que nosotros debemos hacer con 'los eventos futuros'.
La iglesia vive tiempos muy difíciles y, como diría J. R. R. Tolkien (1991), las sombras se extienden sobre la tierra. Por esa razón, hago un llamado pastoral a recordar seis verdades fundamentales que nunca debemos perder de vista al escuchar cualquier cosa sobre los 'eventos futuros'.
1. Los eventos futuros promueven la Gloria de Dios.
Estas son las alabanzas que se cantan para siempre y por siempre en el cielo: “Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean dados la alabanza, el honor, la gloria y el poder por todos los siglos…” (Ap. 5:13). Cualquier mensaje que escuches sobre lo porvenir y que no termine apuntando a la Gloria Eterna de Dios, sencillamente no es válido. A Dios siempre será la Gloria.
2. Los eventos futuros fueron dados a la iglesia para proveerles esperanza, no temor.
Cuando Pablo escribió a los Tesalonicenses todo lo relacionado con la segunda venida de Cristo les dejo claro su propósito, que no vivan como los que no tienen esperanza (1 Ts. 4:13). Lastimosamente, muchos en Tesalónica estaban ociosos y temerosos ante la expectativa de la Segunda Venida de Jesús, esa actitud es imprudente. La escatología no debe producir temor o una vida improductiva, por el contrario, fortalece al cristiano para esperar apasionadamente la manifestación de Cristo (Ro. 8:15), pues la escatología es la esperanza de la Vida Eterna y la Victoria Final de Jesucristo sobre el pecado, la maldad y el dolor, de modo que “Dios enjugará toda lagrima de los ojos de ellos…” (Ap. 21:4).
3. Los eventos futuros predicen eventos cósmicos, no locales.
No deberíamos intentar ver de qué manera cuadran con las palabras apocalípticas cada una de las guerras, o hambrunas, o pestes que ocurren en la historia. Hay cientos de miles de eventos que cuadran con ciertas descripciones Bíblicas, pero nuestra labor es entender el mensaje espiritual que Dios transmite a su iglesia por medio de la revelación, es decir, que el mundo entero necesita salvación (Sal. 46:10; Ro. 1:20) y no solo un parte del mundo. Recordemos que Apocalipsis fue recibido por cientos de generaciones previas a la nuestra y, para ellos, el mensaje fue relevante, ¡aunque no vivieron en la época del Estado Moderno de Israel!
4. Los eventos futuros deben motivarnos a predicar el evangelio.
Cuando Jesús esta hablando a los discípulos sobre las señales antes del fin les deja en claro dos cosas. Primeramente, que la maldad irá en aumento y, en segundo lugar y, como consecuencia, que su labor será predicar hasta el fin para llevar la salvación a las personas. En Sus Palabras, “y tanto aumentará la maldad que el amor de muchos se enfriará. Pero el que resista hasta el fin, será salvo. Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” (Mt. 24:12-14, RV60). Recuerda que el fin de los tiempos no contempla al medio oriente solamente, sino a todo el mundo, y la iglesia es la luz del mundo hasta el fin de los tiempos. ¡Ocúpate por predicar a la generación perdida que tienes a tu alcance antes de que venga el fin!
5. Los eventos futuros son favorables para los cristianos.
Aunque vemos terrible calamidad para los que no creyeron, a los creyentes se les ha prometido el mas hermoso momento de su existencia. El encuentro con Jesús que para unos será día de angustia, lloro y crujir de dientes, para los cristianos será día de fiesta, de gozo y de alegría sempiterna. La tribulación para los cristianos dura breve tiempo -no necesariamente son siete años- y, todo el tiempo que dure, la Iglesia cuenta con la fiel compañía del Espíritu Santo (Mt. 28:20b). Además, una vez que la historia sea consumada, nunca mas sufrirá. ¿No fue lo que Dios le dijo a Esmirna? “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Ap. 2:10, RV60).
6. Los eventos futuros son una advertencia de gracia.
De nada sirve estudiar las advertencias escatológicas si no se miran desde el lente de la gracia. Dios pudo no decir nada y dejar caer sobre el mundo todo el peso de su Ira. Pero Él avisa, y avisa por Gracia y Amor. Por Gracia, sabemos que un día Él ha de juzgar al mundo y que nosotros debemos velar y orar todos los días, sin importar la noticia del momento, porque Él vendrá como ladrón en la noche y dichoso será el hombre que sea hallado fiel. De nuevo, ¡Él avisa por Gracia! Su advertencia no es condenatoria, sino salvadora (He. 4:16). El que tenga oídos para oír, que oiga.
Los eventos del futuro y los eventos del momento.
No se dejen llevar por los movimientos del momento. Ignoren toda escatología sensacionalista. Recuerden que, si la escatología no promueve la Gloria de Dios, la esperanza, una visión de la necesidad global de Cristo, el evangelismo, el gozo de los cristianos y una expectativa piadosa del Retorno de Cristo no debemos hacerle caso, antes menos promoverlos o distribuirlos. Cristo solo, Cristo siempre.
Un último consejo para todos los “escatólogos” sensacionalistas, ¡ya no vean tantas películas! Las Escrituras no son una tira cómica, una revista o un periódico de actualidad política, ¡sean serios! Porque en el día final darán cuenta de toda palabra ociosa que salga de sus bocas.